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Modalidad 40 del IMSS: la clave para incrementar tu futura pensión

Modalidad 40 del IMSS

Si dejaste de cotizar al Instituto Mexicano del Seguro Social pero quieres seguir acumulando semanas y salario base para una pensión más alta, la Modalidad 40 —o Continuación Voluntaria en el Régimen Obligatorio— es la herramienta adecuada. A diferencia de la Modalidad 10, que sólo ofrece servicio médico, la Modalidad 40 permite cotizar como si aún trabajaras, elevar tu salario promedio y, con ello, mejorar tu pensión bajo Ley 73 o Ley 97.

1. ¿Qué es exactamente la Modalidad 40?

Se trata de un esquema voluntario que replica las cuotas obrero-patronales del régimen obligatorio: el asegurado paga la parte laboral y también la patronal. Ese doble aporte, calculado sobre un salario que tú eliges (hasta 25 UMAs), se convierte en semanas y eleva la base salarial que el IMSS utilizará para tu pensión. Aunque el costo mensual es mayor que en otros seguros, cada pago incrementa tanto el monto como la rapidez con que alcanzarás las 500 o 1 000 semanas que exige la ley.

2. Requisitos para inscribirte en 2025

• Haber cotizado al menos 52 semanas en los cinco años previos a la baja.
• No superar 60 días naturales desde la última baja; después se requiere autorización de la Subdelegación.
• Contar con NSS activo. Si lo perdiste o no lo recuerdas, consúltalo en esta guía paso a paso.
• Estar al corriente en pagos fiscales si eres trabajador independiente con RFC.

3. Tabla de cuotas mensuales 2025

La cuota se calcula aplicando la tarifa patronal (10.075 %) más la obrera (2.275 %) sobre el salario elegido.

Salario diario elegido Salario mensual (30 d) Cuota mensual 2025*
1 UMA = $108.57 $3 257 $<=400
10 UMAs $32 570 $≈4 100
25 UMAs (tope) $81 425 $≈10 260

*Cifra aproximada; la Subdelegación emite la línea exacta.

4. Beneficios concretos de la Modalidad 40

El atractivo central de la Modalidad 40 radica en que te permite seguir “fabricando” una pensión alta aun cuando ya no trabajas para un patrón. Cada cuota que pagas se traduce, por un lado, en una semana más de cotización y, por otro, en un salario base más robusto que el IMSS considerará al momento de calcular tu retiro. Si estás bajo Ley 73, el Instituto promedia el sueldo de los últimos cinco años; por eso, cotizar con un salario alto durante ese lapso puede elevar tu pensión de manera dramática. Para quienes pertenecen a la Ley 97, la ventaja se refleja en una aportación mayor a la cuenta Afore, lo que incrementa el saldo disponible para renta vitalicia o retiro programado.

Imagina, por ejemplo, que tu último sueldo reportado fue de 10 000 pesos mensuales. Si contratas Modalidad 40 con un salario de 25 000 pesos y sostienes ese pago durante cinco años, el promedio salarial que usará el IMSS prácticamente se duplica y, con él, también el monto de tu pensión bajo Ley 73. Además, el tiempo invertido no se pierde: cada mes abonado adelanta la meta de semanas cotizadas. Esto es crucial para quienes quedaron cerca de las 500 semanas mínimas (Ley 73) o de las 1 000 semanas que en 2030 exigirá la Ley 97.

A diferencia de otros esquemas, tú eliges el salario de cotización dentro del rango legal (hasta 25 UMAs diarias), lo que otorga un control total sobre tu estrategia de retiro: puedes arrancar con un salario medio, evaluar tus finanzas y escalarlo año con año, o bien fijar desde el inicio el tope máximo si tu presupuesto lo permite. Esa flexibilidad resulta imposible cuando dependes de un empleador.

Conviene aclarar que, aunque la Modalidad 40 no otorga servicio médico ni subsidio por enfermedad, puedes complementarla con el Seguro de Salud para la Familia (Modalidad 10). De esa forma mantienes la atención clínica mientras impulsas tu futura pensión. Y si en algún momento consigues un trabajo formal, las incapacidades pagadas volverán a ser un derecho automático porque tu NSS seguirá activo y con un salario base elevado.

En síntesis, la Modalidad 40 es un vehículo financiero: convierte tu aportación mensual en semanas y en salario promedio alto, dos variables que el IMSS premia con pagos de jubilación mayores. Para quienes están a diez, cinco o incluso dos años de pensionarse, esa inversión puede marcar la diferencia entre percibir un ingreso modesto o disfrutar de una pensión que cubra cómodamente el costo de vida.

5. ¿Cómo se contrata?

5.1 Solicitud en línea (la ruta más ágil)

Todo comienza en el Escritorio Virtual IMSS. Ingresas con tu e.firma —imprescindible para firmar el contrato digital— y el portal detecta de inmediato tu salario histórico. En pantalla aparece un recuadro donde escribes el nuevo sueldo de cotización, el cual puede ir de una hasta veinticinco UMAs diarias. Al confirmar, el sistema genera la línea de captura en PDF: descárgala y paga mediante SPEI o en ventanilla bancaria, respetando cada dígito de la referencia. Cuando el banco reporta el abono, recibirás por correo la Constancia de Continuación Voluntaria, documento que fija la fecha de inicio (siempre el primer día del mes siguiente). Desde ese momento tus semanas y tu nuevo salario quedarán registrados.

5.2 Trámite presencial (si aún no tienes e.firma)

Agenda cita en citas.imss.gob.mx y presenta identificación oficial, CURP, comprobante de domicilio y tu NSS. El asesor te explicará el rango salarial permitido, capturará la cifra que elijas y te imprimirá la misma línea de captura. Tras liquidar la cuota, devuelve el recibo sellado y obtén la Hoja Rosa con sello húmedo: guárdala, pues acredita tu alta y te servirá para futuros ajustes de salario o bajas voluntarias.

Consejo práctico: paga tu línea de captura antes del día 28 de cada mes; si la liquidación entra fuera de plazo, el sistema automáticamente recorre la vigencia al mes subsiguiente y pierdes semanas valiosas en tu conteo para pensión.

6. Modalidad 40 vs Modalidad 10: ¿cuál me conviene?

  • Objetivo de la Modalidad 40: aumentar pensión.
  • Objetivo de la Modalidad 10: asegurar servicio médico.

Si tu prioridad es tener hospital y medicinas, la Modalidad 10 cuesta menos. Si lo que buscas es jubilarte con una mensualidad más alta, la inversión de Modalidad 40 rinde frutos a largo plazo.

7. Errores comunes y cómo evitarlos

El tropiezo más frecuente consiste en dejar pasar más de sesenta días entre la baja del último empleo y la solicitud de Modalidad 40. Quien supera ese lapso pierde el derecho automático y queda a criterio de la Subdelegación autorizar su ingreso; en algunos casos debe volver a cotizar unos meses con un patrón para recuperar la opción. Por eso conviene preparar la documentación y pagar la primera cuota cuanto antes.

Otro fallo habitual es elegir un salario base demasiado ambicioso. Subirlo al tope de 25 UMAs suena atractivo, pero si al tercer o cuarto mes se vuelve impagable tendrás que cancelar el contrato y todo el esfuerzo se diluye. Lo recomendable es analizar tu presupuesto y fijar un sueldo que puedas sostener, al menos, durante los últimos cinco años previos a la jubilación, periodo que el IMSS promediará para calcular tu pensión.

También hay quienes confunden la finalidad de la Modalidad 40 y se sorprenden al descubrir que no incluye servicio médico ni subsidio por incapacidad. Si necesitas cobertura clínica paralela, contrata de forma complementaria la Modalidad 10 o verifica que tu pareja o hijos puedan asegurarte como beneficiario.

Finalmente, muchos asegurados generan la línea de captura pero no la pagan dentro de la fecha límite. El sistema cancela la referencia y deben tramitar una nueva, con el riesgo de perder semanas de cotización. Para evitarlo, realiza el pago el mismo día que obtengas la línea o, como máximo, al día siguiente.

La Modalidad 40 es la estrategia favorita de miles de trabajadores que buscan jubilarse con una pensión digna. Aunque la cuota mensual es elevada, cada pago se refleja en tu salario base y en tus semanas cotizadas, incrementando de forma directa el cálculo final de tu pensión. Analiza tu presupuesto, determina cuánto tiempo podrás sostener la aportación y recuerda que necesitas tu NSS —obténlo o verifícalo en segundos— para completar el trámite sin demoras.

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